Neus Asensi y Alberto Villén
Escuché decir de los efectos acción-reacción,
que no se responde sin provocación
y ésta se acciona para tender la trampa
en la que basar la buscada protesta.
Que los hechos y comportamientos
basados en los derechos a la manifestación
tienen sus reglas porque, de lo contrario,
limita los de los demás ciudadanos.
Que las redes sociales han magnificado
y sobredimensionado los efectos
y es una manifestación, sin importancia,
de ámbito local.
Que los manifestantes detenidos
no eran, ni adolescentes, ni del centro,
y que los libros deberían servir
para su lectura y reflexión
y no para utilizarlos aprovechando la ocasión.
Son esas opiniones que escucho
y respeto, aunque no comparto,
porque es su libertad y expresión,
pero estamos hablando de educación
y, para enseñar, primero hay que ser humildes.
No apoyo la violencia, tampoco la practico
pero está claro que los que no defienden
ni reivindican los derechos del futuro
difícilmente pueden servir de ejemplo
olvidando que también fueron alumnos,
quizá a costa de trabajadores
que en su día no tuvieron recursos
y sólo pudieron ABRIR LOS OJOS
al defenderse de situaciones
trabajando sin libros.
A los niños hay que defenderlos y educarlos;
señores, estamos educando
y no estamos dando ejemplo.
Nosotros también estuvimos en la manifestación
y vamos a seguir estando
en cualquiera otra que defienda las libertades
y busque un trato igualitario
donde no se discrimine a nadie.